sábado, 3 de mayo de 2008

Sobre la mesa una botella de tequila, en la radio ni una buena canción…
Lo extraño es que dijo el testigo que ella nunca tocó el revolver, yo aún tengo mis dudas.
No era justo hacer premisas falsas de algo que dice un simple mortal, los juicios suelen ser alterados por aquellos que no quieren ver la verdad. El hecho está y las teorías pueden dar ciertos acercamientos,Cristo no asistió a su funeral ahora nadie la podrá resucitar.
La muerte viene envuelta en papel celofán, dulce y amarga en la concepción más simple de la palabra- dijo el poeta en su funeral.
Ella dijo haber conocido el cielo en un desplante poco sutil, el cielo no cuesta trabajo verlo… el problema es el contraste con el infierno, por los cambios de temperatura y por la falta de cordura.- dijo el amigo de la universidad.
Nunca la vi más feliz como aquel día en que bajo su vista y sonrió…”Siempre te tuve en la mira, y hoy se me olvida quien fuiste y hoy se me olvida quien soy, somos dos extraños que miran el mismo verde campo, que caminan por el mismo verde pasto, que disparan en sentidos totalmente contrarios y se matan, y obtienen por fin la sangre que tanto aman” … Yo bebí de su sangre, yo la maté desde antes, ese es al tipo de funerales al que sólo contadas veces puede uno asistir. Hoy me pregunto si llegó a olvidar el pasado si todo lo que hice no fue en vano.- Se cuestionó su más fiel enamorado.
La madre quiso acaparar el micrófono, el llanto no la dejó…la gente no llora a los muertos, la gente sólo llora el golpe a sus egos.
Y después de la recepción y alguno que otra mirada morbosa al ataúd, el cuarto se quedó solo y en silencio, cuando nadie los ve los fallecidos despiertan por un sólo instante a despedirse de sí mismos.
“Que nadie se atreva a decirme adiós, yo soy la que sale por la puerta de los desplazados, que lloren ahora en mi memoria, que rían ahora en mi día de gloria, yo quisiera seguir y saber como es la vida sin mí como una sombra, como un aire helado que perturbe a los que me hicieron daño, como un viento cálido que conforte a mis allegados. Adiós dulce destino, qué pálida me veo al final, arreglada y maquillada como nunca antes lo estuve, como si se tratase de un baile de graduación en el cual no conseguí pareja…”

Una botella de tequila en la mesa y un tiro en la cabeza.