viernes, 10 de septiembre de 2010

Y fue en esa roca donde me senté, en esa tarde donde te esperé y cuantos días no continué repitiéndome YA BASTA y me callé … Porque el mar está lleno de porquerías y los peces dicen demasiadas mentiras y luego ves y ahí confias porque sabes que ahí también hay maravillas, y no quiero echarme al agua porque no sé nadar pero que más da aprenderé a flotar… no quiero quedarme a contemplar las dulces olas y no sentir la sal… porque nunca me atreví realmente a saltar… Y me dije salta y no podía y me dije salta y no podía y me dije salta y no podía pensé –no lo arruines, puede ser tu día- Y me dije Basta no sé nadar que más da si puedo flotar y luego SALTAS…
Y que hay allá? Un remolino que te hunde más.
Es tonto – pienso.
Y piensas y vuelas y le das mil vueltas… y es tan fácil como tomarlo y tan triste para dejarlo y difícil saber que hacer aunque parezca sencillo. Te paras, lo ves, y punto-la mente en blanco y viene y va y regresa y tú
-sentado, esperando que vuelva.-
Y los años pasan y ellos vuelven y tu saludas y despides y te levantas y te ríes y ves lo mismo y extrañas lo antiguo y te quedas con un ramillete de hubieras y el tiempo vuela y te quedaste afuera. –sentado, esperando un milagro-

Y aquí estamos y hablamos, y peleamos y nos abrazamos…y nos besamos y nos golpeamos y al final solos mirándonos…y al final nos hablamos y no nos escuchamos y quisiera que fuera más sencillo, que no fuéramos desconocidos… y quisiera que nada fuera en vano pero vamos no te puedes quedar ahí sentado. –sentado, te extraño-