domingo, 16 de febrero de 2014

Como aquella tarde del 47, cuando después de servirme guisantes, me dijo mi padre que mirara al cielo para apreciar la gracia de Dios. Yo no sé si esa noche llovieron chícharos, de ese gigante platillo volador.

-Tétricas radioaventuras-

A las 12 de la nocheeeeeeeee
 En plena oscuridaaaaaaad
Sale la calacaaa
 a cantar el Himno Nacional.
Esa niña juega con verde
Se entreteje de huestes
y no vuela dos veces
Se pone triste de pensar en la muerte.

Esa niña transpira verde,
Huele a limón y hierbas de olor
Sabe que el amor es cosa de dos against the world.
Esa niña vomita verdes torrentes
Por guardarse demasiado
Y masticar del lado equivocado
Por tragarse puro producto procesado.

Esa niña es verde
Una mezcla de picardía con fina melancolía
Y en su salvaje monotonía
Sólo conoce grotescas melodías
Te ata tanto a este mundo
Que no puedes distinguir las cuerdas de tus pies
Y el mar con su azul tan profundo
Te impide recordar qué es de quién

Y es que este barco ya esta hundido
Incluso antes de zarpar
Trae inyectado en su sangre
Historias tristes de altamar.

El capitán dejó el corazón en una isla perdida
y la tripulación se dio por desentendida
Nadie pelea batallas perdidas
ni entrega el alma por alegorías.

Te ata tanto a este mundo
Que has decidido no ver
Y es el azul tan profundo
Que es imposible volver.